Los Rayos Gamma: Como si fuera El Último que me tocó vivir
By Silverio Perez
Los Rayos Gamma: Como si fuera El Último que me tocó vivir
Dice Joan Manuel Serrat en una de sus más hermosas canciones: “Hoy puede ser un gran día donde todo está por descubrir si lo empleas como el último que te toca vivir”. Y así viví estas cuatro funciones de El Recuento de Los Rayos Gamma. Consciente de que cada día podría ser el último show de Los Gamma que me tocara vivir. Por eso, estos momentos que detallo ahora, los apuré como si estuviera degustando el más exquisito de los vinos.
- Esos segundos antes de que la cortina suba y la concentración se eleva el máximo para un espectáculo de una hora y cincuenta minutos que no tiene respiro.
- Una conversación de último momento con el maestro Jacobo para contagiarse con su sabiduría.
- El enfrentamiento con un público del que sientes desde el primer segundo una complicidad y empatía inexplicable.
- Una banda de extraordinarios músicos, dirigida por el maestro Carlos Tato Sánchez que ejecutaron impecablemente las parodias, basadas algunas en canciones muy complicadas.
- El privilegio de tener el dúo de Chuito Muñoz y a su hija Alies, poseedores de un talento vocal maravilloso que se reflejaba en los ojos de asombro y agradecimiento del público que los aplaudía a rabiar.
- La histrionicidad de un Sunshine Logroño...
- ...que puede provocar el repudio visceral del público a un insultante Donald Trump, la picardía del Tío Sunshine, el hijo que descubre quién es su verdadero padre, pero también el músico, percusionista, guitarrista y cantante. Un todo terreno.
- El estar en el mismo escenario, por 53 años ya, con un Jacobo Morales Maestro, Mentor, lleno de entusiasmo y concentración en su difícil rol de persona-personaje; que se rompe al descubrir la tramoya para celebrarle en escena sus 90 años, junto a su amada Blanca Silvia, y sus familiares y amigos más cercanos. ¡Qué privilegio haber vivido ese momento!
- Y dar gracias a Dios porque el libreto concebido en las pausas de descanso mientras hacía el Camino de Santiago y reconstruido luego de las elecciones a solo dos días para el primer show, funcionó a cabalidad. Para un artista o escritor, conocer el público para el que escribes y actúas es la clave de la vigencia.
- Saberse respaldado por una producción impecable, profesional hasta en el más mínimo detalle, pero a la vez cariñosa, empática y entusiasta, que hace que el artista luzca mucho mejor.
- Y, en mi caso, el apoyo incondicional de mi amada Kari, pendiente a cada detalle, a los medicamentos para la bronquitis que insistía en ser parte de mi actuación, de velarme a cada salida de escena para evitar otra escena de una caída, en fin, mi ángel guardián y mi más grande amor.
- Gracias a ese público que, con sus aplausos, risas, abucheos a ciertos personajes, y emociones manifestadas sin inhibición, nos demostraron que la esperanza en una patria nueva, los golpes de realidad no logran apagarla. Por eso y muchas más razones, me lo gocé como si fuera “el último que me tocó vivir”.
- Las extraordinarias fotos que acompañan este escrito son de David Díaz de @Four_Two_photography