Puerto Rico: aquí siempre es Halloween
By Silverio Perez
Puerto Rico: aquí siempre es Halloween
Hoy es un día en que el 99% de la gente no sabe, ni le interesa saber, cómo el mismo se convirtió en uno tan celebrado, sobre todo por el comercio. Brujas, monstruos, esqueletos, cementerios, cavernas y todo aquello que pueda inspirar miedo, terror o susto es la orden del día en este final de octubre en un Puerto Rico que ya de por sí vive aterrorizado y huyendo de sí mismo. ¿Cuándo se desdibuja la línea que separa la ficción de la realidad?
Los que han convertido nuestro país en la Isla del Espanto celebraron recientemente, en el más estricto secreto, su noche de Halloween en las Cavernas de Camuy. ¿Dónde si no? Esa conocida atracción turística y recurso natural está en la mirilla de aquellos que a fuerza de abandonar o desatender agencias, facilidades y corporaciones públicas las condenan al deterioro o a la muerte lenta para privatizarlas a precio de pescao abombao.
Como símbolo del éxito de este maléfico plan el gran premio de la noche se le concedió a LUMA Energy por su efectividad en mantener al país en un estado de constante ansiedad. El gobernador Pierluisi, presente en la actividad, se puso de pie para aplaudir a LUMA, a quien defiende a brazo partido.
Hubo otros reconocimientos muy merecidos. En el área de la salud se destacaron las aseguradoras de planes médicos que andan en estos días en el trick or treat anual,
más trick que treat, ofreciéndole a los adultos mayores desde masajes o cambio de gomas en la carretera hasta dinero cash a través de las tarjetas del plan. Esto, por supuesto, a cambio de reducir los más esenciales servicios de salud. Me imagino la satisfacción que sienten cuando se enteran de la gran cantidad de médicos que salen del país espantados por lo poco que estas compañías les pagan. Pero el problema no son las compañías, que como empresas capitalistas tienen como norte el ganar el mayor capital posible. Es la privatización del sistema de salud por parte del gobierno. Por eso se le dio una mención especial el Dr. Pedro Rosselló, pues sin su tarjetita de salud y el desmantelamiento del Plan Arbona nada de esto hubiese sido posible.
En la educación pública, que ya de por sí mete miedo, se homenajeó a las administraciones pasadas por desquebrajar dicha agencia y por nombramientos como el de Julia Keleher, discípula avanzada de Víctor Fajardo, que han logrado espantar de nuestras escuelas a tantos estudiantes y maestros. Los resultados recientes de las pruebas que se le hacen a los estudiantes hablan por sí solas de la precariedad de nuestro sistema educativo. Otro de los reconocimientos más aplaudidos en esta gala del terror fue el otorgado a la Autoridad de Carreteras.
Son miles los puertorriqueños que día a día conducen por las carreteras del país al borde de un ataque de nervios esperando el hueco en que caerá su automóvil. El Departamento de Seguridad Pública, otro de los homenajeados, prometió continuar su efectiva labor de dejar que el terror reine en calles y avenidas del país donde puede ocurrir una balacera a cualquier hora del día y donde el patrullaje preventivo parece estar prohibido. Lo dijo el genio Albert Einstein: la locura es seguir haciendo lo mismo esperando resultados diferentes. La guerra contra el narcotráfico lleva 50 años de fracaso y siguen haciendo lo mismo.
En el campo político las ovaciones fueron de pie. Sin los políticos que llevaron al país a la quiebra no estaríamos en este estado permanente de terror. Desde una caverna VIP, los siete integrantes de la Junta de Control Fiscal, que desde sus inicios y como parte de su monstruoso plan a favor de los bonistas, se enfocaron en quitarle recursos a la Universidad de Puerto Rico y en fastidiar las pensiones de los que sirvieron al país en tiempos mejores, aplaudieron a rabiar a los representantes del bipartidismo allí presentes.
En esa caverna VIP había algunos bonistas que vinieron disfrazados de buitres. Perdón, fue al revés.
Una delegación de boricuas de la diáspora, favorecedores del regreso de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos -y eso sí que mete miedo-, estuvo presente. Si los republicanos ganan las elecciones de noviembre en EEUU se acelerará el desmoronamiento de ese imperio que parece implosionar a pasos acelerados.
Pero uno de los momentos más festivos de la gala fue la llegada de Tatito Hernández y José Luis Dalmau disfrazados de sepultureros y cargando un ataúd con las siglas PPD. La colectividad está rajada por la mitad y se encuentra ya en sus últimos momentos de vida. La actividad culminó cuando el gobernador Pedro Pierluisi se aprestaba a decir unas palabras de cierre y subieron a la tarima sus primos terceros en compañía de algunos agentes del FBI y su amigo de infancia alambrado de pies a cabeza.
Demás está decir que el gobernador salió en parsimoniosa estampida. Las carcajadas de Jennifer González, que vestía una camiseta que decía “soy González, no Pierluisi”, retumbaron de tal forma en el sistema de cavernas que manadas de murciélagos escaparon asustados.
Así seguirán escapando los boricuas de su isla, según el halloweenesco master plan de vaciar la isla de puertorriqueños. A menos que lo detengamos. En nuestras manos está. Un mejor país es posible.
15 comments
Excelente, como siempre.
Triste nuestra REALIDAD, y este resumen es toda una radiografía de lo que vivimos día a día.
Triste nuestra REALIDAD, y este resumen es toda una radiografía de lo que vivimos día a día.
Triste nuestra REALIDAD, y este resumen es toda una radiografía de lo que vivimos día a día.
Excelente!