El nuevo Partido Popular... post primarias.

By Silverio Perez

El nuevo Partido Popular... post primarias.

Esta es la tercera de cinco columnas que he dedicado a analizar las opciones que se presentan de cara a las elecciones del 3 de noviembre de 2020. En la primera planteé que, debido a la crisis que atraviesa el país, el ser una buena persona con buenas intenciones ya no es suficiente. El país necesita cambios extraordinarios con propuestas extraordinarias que gente extraordinaria tenga la voluntad de ejecutar. En la segunda analicé las opciones del Partido Independentista, Victoria Ciudadana, el Proyecto Dignidad y el candidato independiente Eliezer Molina. La misma está disponible en el portal de endi.com.

Hoy le doy una mirada general al Partido Popular. En la pasada primaria los electores populares que participaron en la misma definieron un derrotero para esa colectividad. Se descartó la visión soberanista, anticolonialista, de centro izquierda que representaba Carmen Yulín Cruz, se distanció de la cúpula tradicional encarnada en Eduardo Bathia, apoyado por Sila María Calderón y los familiares de Rafael Hernández Colón, y escogió a un candidato que nos recuerda aquel PPD de los sesenta donde el status no estaba en issue. De esa primaria salió un partido conservador en el que ningún soberanista tiene nada que buscar.

 La tendencia de su candidato, Charlie Delgado, parece ser la de buscar votos a la derecha del espectro político puertorriqueño, con posturas afines a grupos religiosos fundamentalistas a la vez que se distancia de los independentistas y no afiliados que tradicionalmente le daban victorias apretadas al PPD cuando su liderato, a última hora, echaba mano de la bandera puertorriqueña y reclamaba el voto de los defensores de la identidad nacional.

Decir que el PPD y el PNP, por representar el bipartidismo tradicional en Puerto Rico, son iguales, es incorrecto e injusto. Sus administraciones, en asuntos primordiales como resolver la brecha de desigualdad, la deuda pública y la corrupción, pueden haber tenido resultados parecidos, pero el Partido Nuevo Progresista, al que le dedicaremos la próxima columna, se ha encargado de distanciarse de esas similitudes.

El Partido Popular tiene en su historial el haber contribuido a disminuir la pobreza en la que el país estaba sumido en las décadas del treinta y el cuarenta, estableció instituciones culturales y de administración pública que le sirvieron bien al país, tuvo personas verdaderamente honorables en la legislatura y en agencias como el Departamento de Educación pero, desgraciadamente para ese partido, en estos momentos, girar contra esa cuenta del pasado no es suficiente, aunque sea evidente su diferencia respecto al PNP.

Contrasta el viraje a la derecha del PPD con la popularidad que goza su candidato a la Comisaría Residente en Washington, Aníbal Acevedo Vilá, en los sectores liberales del país. Aníbal ha sido una voz presente en las discusiones de los asuntos importantes de los últimos años, mientras el resto del partido, a excepción de Carmen Yulín Cruz, se expresaba poco o nada. Da la impresión de que Aníbal y Charlie pertenecen a dos organizaciones políticas diferentes. Juntar esas dos visiones, y evitar la erosión de votos hacia Victoria Ciudadana de los seguidores de Carmen Yulín parece ser el reto mayor que tiene la colectividad. Sin embargo, los ataques a Victoria Ciudadana, y a su candidata Alexandra Lúgaro, en particular, podrían convertirse en un bumerang. Los seguidores de esa nueva opción política no les dan credibilidad a lo que dicen los portavoces de lo que ellos llaman “la vieja política”. 

En el primer debate entre los seis candidatos a la gobernación, Charlie Delgado lució poco entusiasta en comparación con Pedro Pierluisi, Alexandra Lúgaro y Juan Dalmau. Sin embargo, su propuesta de llevar la educación Montessori a un nivel principal en el Departamento de Educación me pareció la más contundente y específica de toda la noche.

Habrá que ver si el desvío de la mirada del PPD hacia la derecha le da los votos suficientes para vencer a la peor administración que ha tenido el país en cuatro años liderada por el Partido Nuevo Progresista, el cual analizaremos en nuestra próxima columna.

 



6 comments

  • Lamentablemente, la gente ya quiere un cambio, ya no confia en partidos tradicionales. La mayor estan dispue a darle una oportuNidad a un partido no traDicional, pero dispues tmbn. A sacarlos en 4 anos, o menos, si brega mal. Creo q ya el Pueblo despertó y Daran oportunidad a algo Diferente!

    Juan rod on


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